CONTENIDO ADULTO, POR LO TANTO SÓLO PARA MAYORES DE 18 AÑOS.

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Les doy la bienvenida a Mi página personal. Aquí podrán encontrar una especie de Diario de Mi vida, y Mi visión del mundo BDSM. También podrán hallar relatos de Mis sumisos y en menor medida Imágenes de Mis sesiones.
Espero que disfruten al leerlo tanto como yo al escribirlo.
Versión en inglés de Reina Oscura Dark Queen

lunes, 28 de abril de 2008

Relato

Hace mucho tiempo que no posteaba relatos de Mis perritos, así que les dejo el relato de michi de aquella tarde donde hizo de ico ico.

Si, ya sé, Mi Reina. 48 minutos tarde.

Traté de terminarlo antes, pero preferí revisarlo y reescribir algunas partes.

El relato no transmite ni un 1/1000 de lo hermosa que fue esa tarde. Pero ¿qué se puede esperar de un perro ingeniero tratando de describir una experiencia tan intensa?

Bueno, aquí va o lo voy a seguir demorando.

Un besote,
michifuz{URS}

Una tarde a la luz de las velas...

Miércoles. Mi celular vibra 3 veces. Llegó el mensaje de mi Dueña que tan ansiosamente esperaba: “16:30 microcentro”. Miro el reloj que marcaba las 16:00. Media hora me alcanzaría para llegar si pudiera salir inmediatamente. Pero estoy en medio de una reunión con varios gerentes y mi jefe. Dejo de aportar ideas esperando que la reunión termine rápido. A las 16:15 ya estoy transpirando cuando uno de los presentes saca otro tema que promete para un rato más de discusión. Me debato entre mi deber hacia mi empresa o mi deber hacia Mi Reina. La decisión es sencilla: me levanto diciendo que tengo cita con el médico y abandono apurado la sala. Subo al auto y salgo rápido para el microcentro. A mitad de camino, a la hora señalada, me llama Mi Ama: “¿Dónde estás?”. No encuentro las palabras para decirle que voy a estar allí 15 minutos tarde sin que se enoje. “Esta me la voy a cobrar” es su respuesta y me dice que va a estar paseando por Galerías Pacífico. Dejo el auto en un estacionamiento cercano y hago las 3 cuadras restantes corriendo. Irrumpo en Galerías Pacífico con el celular en mano llamando a Mi Dueña. Estamos a sólo unos pocos metros pero una escalera oculta a Reina Ursula de mi vista. Diez segundos más tarde la veo, celular en mano, hermosa y alta, con borcegos, calzas negras, pollera de jean y remera violeta con breteles.

Ella toma un Capuccino y yo la acompaño con una lágrima mientras en forma infructuosa tratamos de acceder al sitio de Mazmorra con mi celular. Mi celular y yo quedamos humillados por no poder satisfacer un pedido tan simple. Dudo entre quemar a mi celular o tirarlo en una pecera. Cuando estamos saliendo, vemos una isla donde venden medias. Allí estaba yo, mirando muestrarios de medias femeninas en una galería al lado de Mi Ama. Un poco avergonzado pero muy feliz de estar a su lado mientras Ella elige medias. Lamentablemente, muchos de los modelos de su agrado no están disponibles, pero puedo obsequiarle un par que debe de lucir hermoso envolviendo sus piernas divinas. Me pregunto si tendré el honor de verlos primero pero no lo creo. La fiesta de Mazmorra es bien pronto y yo, lamentablemente, no podré acompañarla.

Ya en el auto, Mi Dueña critica mi camisa blanca con rayitas celestes diciendo que parece un pintorcito de jardín de infantes. Hasta ahora, sus favoritas son las camisas blancas lisas de manga larga. Voy a hacer como Mickey Rourke en “9 semanas y media” quien tenía un armario lleno de camisas como esa, todas exactamente iguales. Luego Ella me cuenta algunas opciones que está considerando para ponerse en la próxima fiesta. Imaginarse a Mi Reina así vestida mientras estoy manejando es un acto suicida, pero no puedo evitar visualizarla imponente y hermosa. Cada vez sufro más por no poder acompañarla en las fiestas nocturnas.

En el cuarto de hotel... cuando estoy vestido con tan solo los boxers negros rayados que tanto le gustan a Mi Reina, Ella aparece con una cámara en mano. Ahí recuerdo su promesa de publicar fotos de sus perritos en Mazmorra y se que me llegó la hora de quedar expuesto ante toda la comunidad. Nervioso hago de modelo novato para la sesión de fotos. Para las primeras, Mi Ama me pone mirando la pared, las manos apoyadas sobre una puerta negra, las piernas ligeramente separadas. Ella está detrás de mí, su pecho contra mi espalda, su boca cerca de mi oreja. Bromeo diciendo que estoy “entre Mi Ama y la pared” a lo que responde apretujándome contra la puerta. Qué hermosa sensación la de sentir el cuerpo de Mi Dueña aplastándome contra la pared.

Luego se pone en papel de fotógrafa y empieza la sesión de fotos. Los flashes van inmortalizando las distintas poses de este perrito bajo la guía de Mi Ama:

Primero con boxer y las manos contra la puerta

Pronto sin boxer, sintiéndome aún más expuesto con mi cola al aire, luego de que Mi Dueña me los bajara mientras yo estaba aún con mis manos inmóviles contra la puerta.

En cuatro patas, exhibiendo mi cola como una perrita en celo. Esas, a criterio de Mi Ama, no tienen bastante nivel para ir a la galería. Mi Dueña mete su mano entre mis piernas, por detrás, y atenaza mis testículos con fuerza mientras tira para atrás.

Besando y lamiendo los borcegos de Mi Reina. Mientras lo hago me olvido de que estoy siendo fotografiado.

Luego de rodillas, con mi collar violeta de perrito puesto y las manos atrás de mi espalda, de nuevo con los boxer.

Y de perrito me convierto en un pony, primero sin jinete y luego, para el deleite de ambos, una hermosísima Amazona de piernas largas monta sobre su yegüita. Sentir el liviano peso de Ella sobre mi lomo, sus piernas flanqueándome y el tirón firme de la correa/rienda en mi cuello me hace sentir como un verdadero corcel llevando a una princesa de cuentos de hadas.

Satisfecha con la cantidad de fotos tomadas de Su perrito, tengo el gusto y el honor de sacarle unas fotos a Mi Reina. Algunas de cuerpo entero y otras, desde mi posición rastrera, de sus borcegos y piernas.

Finalizada la sesión fotográfica, a la orden de Mi Ama, subo a la cama y me quedo en cuatro patas, mirando la pared. Ella me venda los ojos con un pañuelo de seda y me despoja del boxer, dejándome indefenso. Para probar si puedo ver, pone la mano delante de mí y me pregunta “¿Cuántos dedos tengo en la mano?” A modo de broma, yo contesto “cinco”. Y su cachetada en mi cara no se hace esperar. Había acertado el número. En el segundo intento, por suerte, no coincide mi respuesta. Pero eso no me salva de otro castigo: Mi Dueña descarga varios reglazos sobre mis nalgas desnudas mientras me recuerda mi llegada tarde. Trato de explicarle el motivo, pero eso no me salva de la reprimenda. Aún vendado, adivino que debe ser la regla de plástico celeste transparente de 40 o 50 cm que vi entre los utensilios de Mi Reina en otras ocasiones pero de la cual me había salvado hasta ahora. Mi cola está caliente con los golpes de la regla, que no parece de plástico sino de acero, pero mi espíritu está a miles de grados, como un plasma fluido que Mi Dueña puede moldear con el poder de su mente.

Y entonces, con Mi Ama apoyando el cuerpo sobre mi espalda, sus dedos traviesos me hacen cosquillas en las axilas. Temeroso de que si aflojo los brazos Mi Reina se desplome, trato de controlarme y mantener mi posición en cuatro patas, pero no es mucho lo que puedo resistir las cosquillas.

Y las cosquillas dejan paso a los dedos de Mi Ama en mi cola, dilatando mi pequeño orificio, preparándolo para… el “terrible dragón achechino”, sobrenombre que le puso Reina Ursula a su consolador de jelly rojo, con su tamaño imponente y sus estrías, que montado en su arnés, nos convierte a sus sumisos en putitas que nos debatimos entre el temor de ser violadas con semejante bestia, el placer de tenerlo todo adentro y el “orgullo sumiso” de haber podido “tragarlo entero” para satisfacer el deseo de Nuestra Dueña.

Esta vez los preparativos de dilatación duran menos. Mi Ama debe pensar que ya soy una putita mejor entrenada, pero yo sigo siendo una puta estrecha todavía. ¿O será que los fuertes apretones en los huevos que la mano de Mi Ama me dio mientras su otra mano me dilataba me hicieron perder la noción del tiempo? Entonces siento la cabeza del dragón en la entrada de mi cola, empujando para abrirse paso en mi interior. Mi Ama me acomoda mejor para recibir a la bestia: bajo mi cabeza hasta que mi frente queda tocando el colchón y separo bien mis piernas, bajando la altura de mi cola que, aunque temerosa, ya desea ser avasallada por el dragón rojo. Y cuando mi cola baja lo suficiente, la cabeza roja se abre paso en mis entrañas y las estrías del dragón van acariciando a su paso, la entrada a mi interior, cual si fueran las púas en la columna de un verdadero dragón. Y con el vaivén del consolador de Mi Dueña dentro de mí, la temperatura de mi cuerpo sigue subiendo como si las llamaradas del dragón me abrasaran por dentro. Mis gemidos de putita caliente, de perrita en celo, no tardan en hacerse fuertes y me cuesta obedecer la orden de Mi Dueña de dejar mi colita quieta ya que la puta en mi toma el control y busca auto-empalarse hasta hacer tope con la pelvis de Mi Ama. Haciendo un esfuerzo para quedarme quieta, siento la cadencia de los movimientos de Mi Ama y su respiración agitada. Una y luego otra vez, el dragón sale repentinamente por completo afuera, como para tomar aire, y vuelve a sumergirse en mí, con un brío renovado y una estocada profunda y total que me arranca un aullido de sorpresa y placer. Me estoy volviendo adicta al “terrible dragón achechino” pero ya Mi Dueña piensa que me queda chico y que tiene que reemplazarlo por algo más grande. Yo le juro que todavía no me queda chico, que es enorme e imponente y que me siento doblegado por Mi Reina cuando me hace la colita con él. Pero, al mismo tiempo, le prometo que como buena putita que soy y mejor puta que voy a ser, voy a aceptar todo lo que Ella disponga que me quiera enterrar en el culo, sin importar cuan grande sea. Cuando estoy así, tan caliente como una perrita en celo, hago promesas que pensaría muchas veces antes de hacerlas en frío… pero luego Mi Dueña me recuerda lo que prometí.

Si me quejo de que es muy grande Su pija, Mi Ama palpa con su mano la mía (“esa cosita inútil” como la llama a veces) que está dura como una roca y me dice: “Ves, putita, que te gusta mucho”. Y yo trato de evitar morderme los labios de placer, por prohibición de Ella.

Cuando finalmente el enorme dragón sale de mi cola, la sensación de vacío es llenada inmediatamente por el “terrible invasor”, apodo mío para su butt plug también de jelly rojo y bastante grueso. Pero luego del dragón, el invasor invadió mi cola sin ningún esfuerzo mientras Mi Reina decía con sorna “¿y este es el terrible invasor?”. Y debo reconocer que esta vez no me pareció nada terrible pero le estoy agradecido por ocupar el lugar que dejara su antecesor en la cola de esta puta caliente.

El fuerte tirón de la correa me toma por sorpresa. Mi Reina me baja de la cama en cuatro patas, vendado, tirando con fuerza de la correa y me hace acostar boca arriba sobre el piso alfombrado, con las manos a mis costados. Con su borcego pisotea mis bolas y mi pija, mientras me dice pregunta para qué tengo esa cosita inútil y amenaza con pararse con todo su peso sobre mis genitales. Me siento tan humillado y tan poca cosa, tendido desnudo y vendado, con la suela de Su borcego aplastando mis testículos. Luego se agacha y los aprieta con mucha fuerza, mucho más fuerte que nunca antes, cortando mi respiración por un segundo. La frase “te tengo agarrado de los huevos” nunca cobró mayor sentido y la sensación de sumisión y entrega hacia Mi Ama se hicieron aún más fuertes en mí.

Siento que se mueve a alrededor mío, de repente, callada. Si no fuera porque sé que no fuma, juraría que prendió un cigarrillo. Estoy a la expectativa. Mi Ama acaricia mis flancos, mientras parece sentirse satisfecha con mi aspecto y me dice que soy su michifuz flaquito. Si hoy a sus ojos resulto más lindo es gracias a su guía para ponerme en forma. Y sus palabras son mi mejor recompensa.

Y, repentinamente, algo caliente cae sobre mi pecho. Primero pienso que es la ceniza del cigarrillo, pero al segundo contacto me doy cuenta que es cera derretida cayendo sobre mi piel. Espero tenso, con la boca abierta, cada nueva gota de cera, tratando de no actuar como una nenita. Hasta que una gota de cera cae sobre el glande descubierto de mi pija. La reacción de sorpresa y dolor es involuntaria y me acurruco de costado. Pero mantengo las manos a mis lados, en posición de entrega a Mi Ama. El dolor va cediendo de a poco. Mi Dueña se asusta un poco por mi reacción tan intensa pero se tranquiliza al ver que estoy bien. Ella comprueba que no quedó ni una marca y yo le aseguro que no tuve miedo en ningún momento. En sus manos me siento seguro y protegido. Confío plenamente en Mi Dueña y me entrego por completo y ciegamente a Ella.

Aprovechando que tengo la boca abierta, expectante, Ella me hace abrir más la boca y revisa mi dentadura como si fuera un caballo que está por comprar.

Luego me saca la venda y, ni bien mis ojos se acostumbran a la luz, vuelven a quedar enceguecidos por la belleza de la mujer que está sentada a mi lado, con su cuerpo inclinado sobre el mío. Mi mano reposa sobre su pierna. La veo sonreír. Le devuelvo la sonrisa. Soy un perrito muy feliz

Me saca el collar y me pregunta si sé por qué lo hace. Niego con la cabeza y me responde: “Porque vas a la ducha fría. No me gustan los perritos transpirados.”. Y voy gateando, con el invasor aún en mi cola, hasta el box de la ducha, abro la canilla de agua fría, mientras miro con cariño la de agua caliente. Cae un chorro grueso de agua fría y me enjuago tratando de contener la respiración y eliminando los restos de cera de mi torso y vello púbico. Al girar, aún bajo el chorro de agua fría, veo a Mi Reina, vestida pero sin la pollera de jean, observándome. Y vuelvo a quedarme sin respiración. Pero esta vez no siento frío, sino un calor intenso que viene de mi interior y es producido por lo que ven mis ojos. Mi Ama, con una sonrisa y ojos pícaros, sabiendo que no puedo abalanzarme sobre Ella, se puso de costado mostrándome lo bien que esas calzas negras cubren Su cola perfecta. Se divierte tentando al perrito mojado e indefenso que ya no tiembla bajo la ducha helada.

La última tarea de la tarde para este perrito es lavar al dragón y al invasor con los que fuera sometido, mientras Mi Dueña me muestra como la ventosa en la base del dragón lo deja firme sobre cualquier superficie. Me pregunto qué uso le dará Mi Dueña a esta cualidad de su terrible juguetito.

En el viaje de vuelta, la seductora voz de Mi Reina me va hipnotizando y no quiero llegar más a destino. Quizás porque no quiero esperar otra semana para que nuestros labios se fundan en cada semáforo.

Reina Oscura

"tu mente es un poblado y la Mía Un Imperio"

8 comentarios:

Anónimo dijo...

maravilloso..y envidable relato.

Anónimo dijo...

Dudo entre quemar a mi celular o tirarlo en una pecera.


JAJAJAJAA


Muy lindo relato, felicitaciones a michifuz{URS}.

P.D. Después contame qué medias te compraste!

Anónimo dijo...

Felicitaciones a los dos. Al perrito por el relato, y a su Ama por entrenarlo, supervisarlo, y por la creativa sesión!!

URS, sos grossa, sabélo. Besos

Reina Pop

Reina Oscura dijo...

Gracias a todos por sus comentarios.

URS

Anónimo dijo...

Excelente relato!!! Felicitaciones amiga por tan buena sesion y ademas por entrenar tan bien a michi!

roberrrto dijo...

Qué alegría saber que pasó una tarde tan entretenida junto a mi compañero de canil!
Muy buen relato Michifuz{URS} felicitaciones.

Anónimo dijo...

Un perrito muy simpático y un Ama que sabe lo que quiere... Muy bueno. :)

Pero me he pasado por aquí, Reina Oscura, para invitarte a conocer mi blog de videos Femdom. Hay mas de 100 y otros. Y acceso a TVs porno, etc.

Así que cuando te plazca puedes conocerlo "aquí al lado":

lam100.blogspot.com

Un saludo

Hercules dijo...

IMpresionante.
Acabo de conocer este blog y de leer este post. Debo reconocer que quedé muy impactado por el relato de michifus. Casi se diría que lo envidio.
El Ama Ursula parece ser una auténtica mujer dominate. Con esa actitud tan soberbia y altanera. Esa forma de ser que le da "poder" sobre algunos de nosotros los hombres.
Me fascinó el relato. Felicitaciones a Ursula por el Blog. Voy a seguir curioseando sus posts.